Mi doggie y Yo




No es reglamento tener una cita en San Valentín, nadie dice que no podemos pasarlo solo. Pero, ¿realmente es necesario hacerlo teniendo un engreído a nuestro lado? Ellos son la compañía perfecta que necesitamos para sentirnos muy bien acompañados.

El día de San Valentín no es sólo para celebrar el amor entre los seres humanos, es un día en el que a muchos dueños de mascotas también les gusta demostrar su amor hacia ellas.





Las personas que comparten la vida con un doggie, podrán asegurar que se sienten amados por ellos. Y de hecho, ellos también aman y lo hacen de un modo muy especial.

El amor de un doggie por su dueño no conoce de edad, no distingue sexo, raza, color. Es un amor que no necesita grandes regalos, no reclama llamados, no es rencoroso ni envidioso.

El amor entre un doggie y su dueño es sin condiciones, se entrega por completo, sin pedir nada a cambio, tan sólo cuidado y afecto. Nunca se cansa, siempre va a querer estar contigo, nunca está confundido o conflictuado. No engaña, no piensa que el pasado fue mejor, ni espera que el futuro sea distinto. Simplemente quiere estar contigo

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El amor entre un doggie y su dueño vive el presente. Es un amor que perdona y no tiene rencor. Es generoso, puede incluir terceros, pero sin dejar de ser muy muy fiel. Es un amor con una enorme capacidad de dar. No tiene dobles intenciones, no especula, no es materialista ni convenido. Es un amor puro, simple, sin pretensiones.

Es un amor que cura, que acompaña, que calma, que enseña como amar.



Este 14 de febrero no tenemos excusas para no celebrar teniendo al compañero perfecto, aquel que tiene hocico y patas peludas. Incluso dentro de casa podríamos tener la mejor de las citas.






Vía varias fuentes
















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